8M. Ni amas ni esclavas: anarcofeministas siempre

8M. Ni amas ni esclavas: anarcofeministas siempre

Castellano

Como cada 8 de marzo, desde la Confederación Nacional del Trabajo nos posicionamos incondicionalmente con las luchas anarcofeministas, que pugnan por la emancipación de las mujeres y de todos los cuerpos, y por la abolición de toda forma de poder y autoridad. Como cada 8 de marzo, reivindicamos esta fecha como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Del mismo modo que sucede con el Primero de Mayo, histórica fecha internacional para las clases trabajadoras e institucionalmente reconocida como “Día del Trabajo”, el 8 de Marzo fue convenientemente declarado por la ONU “Día Internacional de la Mujer” en 1975. El despojo de toda una memoria de lucha por parte de la institución está siendo completamente exitoso e incluso en ambas fechas se ha conseguido banalizar la huelga y vaciarla de significado. Así como el Primero de Mayo ha sido convertido en un día festivo y primaveral, también el 8 de Marzo va en camino de transformarse en fecha de celebración y de reconocimiento de las lógicas institucionales y jerárquicas que nosotres repudiamos. Y aquello no es más que una evidencia palpable de cómo el poder y las instituciones estatales absorben las luchas revolucionarias para utilizarlas a su conveniencia y desarticularlas. Cómplices de ello son organizaciones que se dicen obreristas y sindicalistas, así como feministas, pero no son otra cosa que organismos subvencionados que responden a los intereses del Estado capitalista y patriarcal.

Nosotres, desde la CNT-AIT, nos oponemos de manera frontal a aquellos feminismos cuyas reivindicaciones interclasistas pasan por reconocer las jerarquías que nos imponen los estados, el capital y el patriarcado. Nos oponemos a las organizaciones que, lejos de destruir el conjunto de las estructuras de poder que oprimen a los seres humanos, luchan para que las mujeres y las disidencias puedan ser tan poderosas como siempre lo han sido los hombres.

Las mujeres somos un colectivo diverso y complejo y nos vemos atravesadas no sólo por las jerarquías clasistas, sino también por las raciales y coloniales, así como por otras diferencias estructurales de poder, violencias que nos posicionan aún más en los márgenes de este sistema. Un sistema deshumanizante que nos precariza, nos invisibiliza, que penaliza nuestras experiencias de vida, que nos marca y posiciona siempre en la otredad. Un sistema para el que siempre somos conquistables, materia prima, objetos de estudio, adoración e investigación. Estamos des-bordadas, pero somos sujetos de nuestra historia, de nuestras reivindicaciones, de nuestros derechos. Somos fuertes y valientes, hemos heredado miles de opresiones, nuestra piel es resistente, nuestro carácter orgulloso, nuestra voz rabiosa y potente. Nos hemos vuelto resilientes.

Se debe hablar de feminismo anticapitalista, antirracista y anticapacitista para incluir a todes les renegades. Las flores que crecen en el cemento del eterno estigma. Se debe hablar, además y simultáneamente, de transfeminismos, siendo conscientes de que las sinergias son necesarias para incluir a todos los cuerpos afectos dentro de una lucha feminista autónoma y anticapitalista. Aquí estamos todas y todes contra el patriarcado, contra la exclusión binarista de cualquier dicotomía. Contra todas las jerarquías. Sin embargo, queremos recordar que las ideas no deberían ser mera utopía: primero debemos deconstruirnos frente a la educación patriarcal, desaprender la programación binarista, los capacitismos, los cuerdismos, la actitud, tanto infantilizada como infantilizadora, condescendiente y paternalista a la que cualquiera hemos sido sometides. No nos bastan las buenas intenciones, queremos ser autocríticas, queremos plantar la duda. Sin asunciones superfluas, recreando el mundo con relaciones horizontales e igualitarias, libres de autoritarismos, basadas en el apoyo mutuo y en la solidaridad. El sistema económico global nos marca más cuanto mayor es el número de opresiones que vivimos y compartimos. Queremos cuestionar los derechos “per se” de todo lo establecido, queremos cuestionar y parar el hostigamiento, el acoso mediático, el policial. Creemos que es desde el conocimiento y una ética coherente, antiautoritaria, anarco comunista, que rompa con el individualismo, desde donde necesariamente se deben generar los cambios.

Este 8 de marzo de 2022 se ve atravesado, además, por una situación internacional convulsa: la guerra que se está desatando en Ucrania. Una guerra parida por las ansias expansionistas de los Estados y Naciones capitalistas y patriarcales que no anhelan otra cosa que la acumulación, a costa del despojo y la devastación de territorios y comunidades enteras. Por ello, aprovechamos este espacio para posicionarnos, desde el anarcofeminismo, en contra de la guerra y de las lógicas militaristas y violentas que nacen en el seno de los Estados y de sus discursos patrióticos. Es de sobra sabido el carácter patriarcal de las guerras y los conflictos armados, tanto por los roles a los que las mujeres son sometidas, como por la instrumentalización, cosificación y transformación de sus cuerpos en herramientas para devastar al enemigo. Numerosos discursos enarbolados desde feminismos institucionales fantasean hoy con una realidad diferente en la que no existirían guerras si fueran las mujeres quienes estuvieran al frente de los gobiernos y en los órganos de decisión. Se apela a un supuesto carácter naturalmente conciliador, pacífico y solidario de las mujeres y, desde ahí, se reclama que nosotras tengamos la misma posibilidad que los hombres de alcanzar puestos de poder. Que tengamos el mismo acceso a la dirección de empresas e instituciones estatales, que cada vez seamos más mujeres entre los cuerpos policiales y militares.

Nosotras, las feministas anarquistas, rechazamos aquello. No consideramos que seamos buenas y conciliadoras por naturaleza. No consideramos que nuestro acceso a los parlamentos, a las empresas, a los ejércitos y a los cuerpos policiales, vaya a dinamitar las estructuras de poder. De hecho, tan solo lo reforzaremos, como así sucedió con la incorporación de las mujeres al sufragio y al trabajo remunerado. Rechazamos y nos posicionamos frontalmente en contra de los discursos feministas que fantasean con los fetiches del poder. Las guerras, el despojo, la devastación, la miseria, la explotación, las desigualdades, las cárceles y las jerarquías seguirán existiendo, aunque sean las mujeres o cualquier sujeto oprimido quienes estén en el poder. Porque el problema es ese: el poder. Y de él no esperamos más que su abolición. Para nosotras el 8 de Marzo no es una fecha de celebración. No es una fecha de regalarnos flores, de festejarnos y de felicitarnos por el simple hecho de ser mujeres. Es una fecha de lucha, de memoria, de reflexión, de tensionar las cuerdas, de socavar estructuras podridas, de reafirmarnos en nuestros principios antiautoritarios. Y no solo en este día señalado, sino durante todas nuestras vidas.

No buscamos reinventar ni mejorar la vieja y oxidada estructura jerárquica sobre la que históricamente se asienta nuestra sociedad. Nosotres no queremos suavizar las cadenas que nos subyugan, queremos destruir esas cadenas. Y sobre sus cenizas, queremos construir un mundo libre de poder, de jerarquías, de miseria. Un mundo que sea habitable para nosotres y para todos los seres que habitan el planeta. En esa tarea ardua nos organizamos. Como dice la anarquista María Galindo: “con una mano sostenemos las urgencias, con la otra sujetamos las utopías”.

8 de Marzo: Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Contra el Estado, contra el capital y contra el patriarcado. Contra la miseria y la jerarquía. Contra los ejércitos, contra las policías. Contra las lógicas militaristas de las patrias y las naciones.

Ni amas ni esclavas: Anarcofeministas siempre, por la emancipación de todos los cuerpos.



Català

8M NI MESTRESSES NI ESCLAVES: ANARCOFEMINISTES SEMPRE

Com cada 8 de març, des de la Confederació Nacional del Treball ens posicionem incondicionalment amb les lluites anarcofeministes, que pugnen per l’emancipació de les dones i de tots els cossos, i per l’abolició del poder i l’autoritat. Com cada 8 de març, reivindiquem aquesta data com el Dia Internacional de la Dona Treballadora.

De la mateixa manera que succeeix amb el Primer de Maig, històrica data internacional per a les classes treballadores i institucionalment reconeguda com a “Dia del Treball”, el 8 de Març fou convenientment declarat per l’ONU “Dia Internacional de la Dona” en 1975. La despulla de tota una memòria de lluita per part de la institució està sent completament exitosa i fins i tot en totes dues dates s’ha aconseguit banalitzar la vaga i buidar-la de significat. Així com el Primer de Maig ha sigut convertit en un dia festiu i primaveral, també el 8 de Març va en camí de transformar-se en data de celebració i de reconeixement de les lògiques institucionals i jeràrquiques que nosaltres repudiem. I això no és més que una evidència palpable de com el poder i les institucions estatals absorbeixen les lluites revolucionàries per a utilitzar-les a la seua conveniència i desarticular-les. Còmplices d’això són organitzacions que es diuen obreristes i sindicalistes, així com feministes, però no són una altra cosa que organismes subvencionats que responen als interessos de l’Estat capitalista i patriarcal.

Nosaltres, des de la CNT-AIT, ens oposem de manera frontal als feminismes, les reivindicacions interclassistes dels quals, passen per reconéixer les jerarquies que ens imposen els estats, el capital i el patriarcat. Ens oposem a les organitzacions que, lluny de destruir el conjunt de les estructures de poder que oprimeixen als éssers humans, lluiten perquè les dones i les dissidències puguen ser tan poderoses com sempre ho han sigut els homes.

Les dones som un col·lectiu divers i complex i ens veiem travessades no sols per les jerarquies classistes, sinó també per les racials i colonials, així com per altres diferències estructurals de poder, violències que ens posicionen encara més en els marges d’aquest sistema. Un sistema deshumanitzant que ens precaritza, ens invisibilitza, que penalitza les nostres experiències de vida, que ens marca i posiciona sempre en un lloc apart. Un sistema per al qual sempre som conquistables, matèria primera, objectes d’estudi, adoració i investigació. Estem desbordades, però som subjectes de la nostra història, de les nostres reivindicacions, dels nostres drets. Som fortes i valentes, hem heretat milers d’opressions, la nostra pell és resistent, el nostre caràcter orgullós, la nostra veu rabiosa i potent. Ens hem tornat resilients.

S’ha de parlar de feminisme anticapitalista, antiracista i anticapacitista per a incloure a totes les renegades. Les flors que creixen en el ciment de l’etern estigma. S’ha de parlar, a més, i simultàniament, de transfeminismes, sent conscients que les sinergies són necessàries per a incloure a tots els cossos afectes dins d’una lluita feminista autònoma i anticapitalista. Ací estem totes contra el patriarcat, contra l’exclusió binarista de qualsevol dicotomia. Contra totes les jerarquies. No obstant això, volem recordar que les idees no haurien de ser mera utopia: primer hem de desconstruir-nos enfront de l’educació patriarcal, desaprendre la programació binarista, els capacitismes, els mentalismes, l’actitud, tant infantilitzada com infantilitzadora, condescendent i paternalista a la qual qualsevulla hem sigut sotmeses. No ens basten les bones intencions, volem ser autocrítiques, volem sembrar el dubte. Sense assumpcions supèrflues, recreant el món amb relacions horitzontals i igualitàries, lliures d’autoritarismes, basades en el suport mutu i en la solidaritat. El sistema econòmic global ens marca més com major és el nombre d’opressions que vivim i compartim. Volem qüestionar els drets “per se” de tot el que s’estableix, volem qüestionar i parar la fustigació, l’assetjament mediàtic, el policial. Creiem que és des del coneixement i una ètica coherent, antiautoritària, anarco comunista, que trenque amb l’individualisme, des d’on necessàriament s’han de generar els canvis.

Aquest 8 de març de 2022 es veu travessat, a més, per una situació internacional convulsa: la guerra que està tenint lloc a Ucraïna. Una guerra parida per les ànsies expansionistes dels Estats i Nacions capitalistes i patriarcals que no anhelen una altra cosa que l’acumulació, a costa de la despulla i la devastació de territoris i comunitats senceres. Per la qual cosa, aprofitem aquest espai per a posicionar-nos, des de l‘anarcofeminisme, en contra de la guerra i de les lògiques militaristes i violentes que naixen en el si dels Estats i dels seus discursos patriòtics. No cal assenyalar el caràcter patriarcal de les guerres i els conflictes armats, tant pels rols als quals les dones són sotmeses, com per la instrumentalització, cossificació i transformació dels seus cossos en eines per a devastar l’enemic. Nombrosos discursos enarborats des de feminismes institucionals fantasiegen hui amb una realitat diferent en la qual no existirien guerres si foren les dones les qui estigueren al capdavant dels governs i en els òrgans de decisió. S’apel·la a un suposat caràcter naturalment conciliador, pacífic i solidari de les dones i, des d’ahí, es reclama que nosaltres tinguem la mateixa possibilitat que els homes d’aconseguir llocs de poder. Que tinguem el mateix accés a la direcció d’empreses i institucions estatals, que cada vegada siguem més dones entre els cossos policials i militars.

Nosaltres, les feministes anarquistes, rebutgem aquesta idea. No considerem que siguem bones i conciliadores per naturalesa. No considerem que el nostre accés als parlaments, a les empreses, als exèrcits i als cossos policials, vaja a dinamitar les estructures de poder. De fet, tan sols ho reforçarem, com així va succeir amb la incorporació de les dones al sufragi i al treball remunerat. Rebutgem i ens posicionem frontalment en contra dels discursos feministes que fantasiegen amb els fetitxes del poder. Les guerres, la despulla, la devastació, la misèria, l’explotació, les desigualtats, les presons i les jerarquies continuaran existint, encara que siguen les dones o qualsevol subjecte oprimit qui estiga al poder. Per que el problema és eixe: el poder. I d’ell no esperem res més que la seua abolició. Per a nosaltres el 8 de Març no és una data de celebració. No és una data de regalar-nos flors, de festejar-nos i de felicitar-nos pel simple fet de ser dones. És una data de lluita, de memòria, de reflexió, de tensar les cordes, de soscavar estructures podrides, de reafirmar-nos en els nostres principis antiautoritaris. I no sols en aquest dia assenyalat, sinó durant totes les nostres vides.

No busquem reinventar ni millorar la vella i oxidada estructura jeràrquica sobre la qual històricament s’assenta la nostra societat. Nosaltres no volem suavitzar les cadenes que ens subjuguen, volem destruir aqueixes cadenes. I sobre les seues cendres, volem construir un món lliure de poder, de jerarquies, de misèria. Un món que siga habitable per a nosaltres i per a tots els éssers que habiten el planeta. En aqueixa tasca àrdua ens organitzem. Com diu l’anarquista María Galindo: “amb una mà sostenim les urgències, amb l’altra subjectem les utopies”.

8 de Març: Dia Internacional de la Dona Treballadora.

Contra l’Estat, contra el capital i contra el patriarcat. Contra la misèria i la jerarquia. Contra els exèrcits, contra les policies. Contra les lògiques militaristes de les pàtries i les nacions.

Ni mestresses ni esclaves: Anarcofeministes sempre, per l’emancipació de tots els cossos.



Asturiano

8M NIN AMES NIN ESCLAVES: ANARCOFEMINISTES SIEMPRE

Como cada 8 de marzu, dende la Confederación Nacional del Trabayu asitiamos incondicionalmente coles lluches anarcofeministes, que puxen pola emancipación de les muyeres y de tolos cuerpos, y pola abolición de toa forma de poder y autoridá. Como cada 8 de marzu, reivindicamos esta fecha como’l Día Internacional de la Muyer Trabayadora.

De la mesma qu’asocede col Primeru de Mayu, histórica fecha internacional pa les clases trabayaores ya institucionalmente reconocida como “Día del Trabayu”, el 8 de Marzu foi convenientemente declaráu pola ONU “Día Internacional de la Muyer” en 1975. El réfugu de toa una memoria de llucha per parte de la institución ta siendo dafechu esitosu ya inclusive en dambes feches, consiguióse banalizar la fuelga y balerala de significáu. Según el Primeru de Mayu foi convertíu nun día festivu y primaveral, tamién el 8 de Marzu va en camín de tresformase en fecha de celebración y de reconocencia de les lóxiques institucionales y xerárques que nosotres refugamos. Y aquello nun ye más qu’una evidencia bultable de cómo’l poder y les instituciones estatales absuerben les lluches revolucionaries pa utilizales a la so conveniencia y desarticulales. Cómplices d’ello son organizaciones que se dicen obreristes y sindicalistes, así como feministes, pero nun son otra cosa qu’organismos subvencionaos que respuenden a los intereses del Estáu capitalista y patriarcal.

Nosotres, dende la CNT-AIT, oponémonos de manera frontera a aquellos feminismos que les sos reivindicaciones interclasistes pasen por reconocer les xerarquíes que nos imponen los estaos, el capital y el patriarcáu. Oponémonos a les organizaciones que, lloñe de destruyir el conxuntu de les estructures de poder que primen a los seres humanos, lluchen por que les muyeres y les disidencies puedan ser tan poderoses como siempre lo fueron los homes.

Les muyeres somos un colectivu diversu y complexu y vémonos travesaes non yá poles xerarquíes clasistes, sinón tamién poles raciales y coloniales, así como por otres diferencies estructurales de poder, violencies que nos asitien entá más nos marxes d’esti sistema. Un sistema deshumanizante que nos precariza, nos invisibiliza, que penaliza les nueses esperiencies de vida, que nos marca y asitia siempre na otredá. Un sistema pal que siempre somos conquistables, materia primo, oxetos d’estudiu, adoración ya investigación. Tamos desbordaes, pero somos suxetos de la nuesa hestoria, de les nueses reivindicaciones, de los nuesos derechos. Somos fuertes y valientes, heredemos miles d´opresiones, la nuesa piel ye resistente, el nuesu calter arguyosu, la nuesa voz rabioso y potente. Volvímonos resilientes.

Tien de falase de feminismu anticapitalista, antirracista y anticapacitista pa incluyir a toles renegaes. Les flores que crecen nel cementu del eternu estigma. Tien de falase, amás y a la par, de transfeminismos,siendo conscientes de que les sinergies sonnecesaries pa incluyir a tolos cuerpos ciños dientro d’una llucha feminista autónoma y anticapitalista. Equí tamos toes y toos contra’l patriarcáu, contra la esclusión binarista de cualquier dicotomía. Contra toles xerarquíes. Sicasí, queremos facer alcordanza de que les idees nun tendríen de ser mera utopía: primero debemos deconstruinos frente a la educación patriarcal, desaprender la programación binarista, los capacitismos, los cuerdismos, l’actitú, infantilizada ya infantilizadora, condescendiente y paternalista a la que cualesquier fuimos sometíes. Nun nos basten les bones intenciones, queremos ser autocrítiques, queremos llantar la dulda. Ensin asunciones superflues, recreando’l mundu con relaciones horizontales ya igualitaries, llibres d’autoritarismos, basaes nel sofitu mutuu y na solidaridá. El sistema económicu global márcanos más cuanto mayor ye’l númberu d´opresiones que vivimos y compartimos. Queremos cuestionar los derechos “per se” de tolo establecío, queremos cuestionar y parar l´hostigamientu, l’acosu mediáticu, el policial. Creemos que ye dende la conocencia y una ética coherente, antiautoritaria, anarco comunista, que ruempa col individualismu, dende onde necesariamente deben xenerase los cambeos.

Esti 8 de marzu de 2022 vese trevesáu, amás, por una situación internacional convulsa: la guerra que se ta desamarrando n’Ucrania. Una guerra parida poles enganíes espansionistes de los Estaos y Naciones capitalistes y patriarcales que nun nagüen por otra cosa que l’acumuladura, a mariña del réfugu y la devastación de territorios y comunidaes enteres. Por, aprovechamos esti espaciu pa asitianos, dende l´anarcofeminismu, en contra de la guerra y de les lóxiques militaristes y violentes que nacen nel senu de los Estaos y de los sos discursos patrióticos. Ye de sobra sabíu’l calter patriarcal de les guerres y los conflictos armaos, tantu polos roles a los que les muyeres son sometíes, como pola instrumentalización, cosificación y tresformamientu de los sos cuerpos en ferramientes pa afarar al enemigu. Numberosos discursos enarboliaos dende feminismos institucionales fantasien güei con una realidá distinta na que nun esistiríen guerres si fueren les muyeres quien tuvieren al mandu de los gobiernos y nos órganos de decisión. Apelar a un supuestu calter naturalmente conciliador, pacíficu y solidariu de les muyeres y, dende ende, reclámase que nós tengamos la mesma posibilidá que los homes d’algamar puestos de poder. Que tengamos el mesmu accesu a la dirección d’empreses y a instituciones estatales, que cada vez síamos más muyeres ente los cuerpos policial y militar.

Nós, les feministes anarquistes, refugamos aquello. Nun consideramos que síamos bones y conciliadores por naturaleza. Nun consideramos que’l nuesu accesu a los parlamentos, a les empreses, a los exércitos y a los cuerpos policiales, vaiga a dinamitar les estructures de poder. Ello ye que namás que vamos reforzar, como asina asocedió cola incorporación de les muyeres al sufraxu y al trabayu remunerau. Refugamos yasitiamos frontalmente en contra de los discursos feministes que fantasien colos fetiches del poder. Les guerres, el réfugu, la devastación, la miseria, la esplotación, les desigualdaes, les cárceles y les xerarquíes van siguir esistiendo, anque sían les muyeres o cualquier suxetu primíu quien tean nel poder. Porque’l problema ye esi: el poder. Y d´él nun esperamos más que la so abolición. Pa nós el 8 de Marzu nun ye una fecha de celebración. Nun ye una fecha de regalanos flores, de festexanos y de felicitanos pol simple fechu de ser muyeres. Ye una fecha de llucha, de memoria, de reflexón, de tensionar les cuerdes, de socavar estructures podres, de reafitanos nos nuesos principios antiautoritarios. Y non namás nesti día señaláu, sinón mientres toes nueses vides.

Nun buscamos reinventar nin ameyorar la vieya y ferruñosa estructura xerárquica sobre la qu’históricamente s’asitia la nuesa sociedá. Nosotres nun queremos anidiar les cadenes que nos apoderen, queremos destruyir eses cadenes. Y sobre les sos cenices, queremos construyir un mundu llibre de poder,de xerarquíes, de miseria. Un mundu que sía habitable para nosotres y pa tolos seres qu’habiten el planeta. Nesa xera trabayosa entamamos. Como diz l’anarquista María Galindo:“con una mano sostenemos les urxencies, cola otra suxetamos les utopíes”.

8 de Marzu: Día Internacional de la Muyer Trabayadora.

Contra l’Estáu, contra’l capital y contra el patriarcáu. Contra la miseria y la xerarquía. Contra los exércitos, contra les policíes. Contra les lóxiques militaristesde les patries y les naciones.

Nin ames nin esclaves: Anarcofeministas siempre, pola emancipación de tolos cuerpos.