Nuestra vidas valen más que sus beneficios
A pesar del «Quédate en casa» y del «Esto lo paramos juntos», el Estado español ha permitido que vuelva al trabajo toda aquella actividad considerada no esencial. Mientras tanto, millones de personas permanecen recluidas en sus casas desde hace ya más de un mes, haciendo un enorme sacrificio para intentar detener una pandemia que, solo en España, mata cada día a centenares de personas y contagia a otras miles.
Es necesario recordar que no todo el mundo dispone de amplios espacios donde vivir, ni de grandes jardines ni terrazas donde poder pasar el tiempo. La mayoría vivimos encerrados y encerradas en pisos pequeños con nuestras familias o en minúsculos espacios compartidos con otras personas. Nuestras hijas e hijos pequeños necesitan salir a jugar y a correr al parque y no pueden, las personas mayores necesitan salir a que les dé el aire y a estirar las piernas y activar su circulación por cuestiones de salud, y tampoco pueden, y como éstas, podríamos señalar otras muchas circunstancias que convierten el día a día de muchas personas en algo insoportable. Somos conscientes de la gravedad de la crisis sanitaria, motivo por el cual es imprescindible que todo el mundo se sacrifique, y en esto se incluye a las empresas de actividades no esenciales. Hay que priorizar nuestra salud, antes que sus ganancias.
Este virus y este confinamiento no nos afecta a todas las personas por igual, como han repetido constantemente los medios de comunicación. En absoluto.
La vuelta al trabajo de toda actividad no esencial nos parece una medida que el gobierno ha tomado con el único fin de satisfacer a la burguesía capitalista y su afán de acumular riquezas. Creemos que un sistema económico debe tener en cuenta lo social, lo ético y lo moral por encima del beneficio particular de unos pocos.
Pensamos que lo responsable, lo ético y lo moralmente aceptable sería priorizar la salud y las vidas de las personas antes que los beneficios económicos empresariales. Pero esto sería totalmente incompatible con el sistema de producción capitalista.
Desde la CNT-AIT nos oponemos a la vuelta al trabajo de toda actividad no esencial hasta que no se retire el estado de alarma y se levanten las medidas de confinamiento en sus casas de la población.
Hay sectores que se están jugando la vida ante este virus letal, para garantizar y hacer llegar los recursos mínimos necesarios para vivir a toda la población: personal de servicios sanitarios, sectores de elaboración y distribución de alimentos y otros productos básicos, personal de cuidados y servicios… De nada sirve el gesto simbólico de asomarnos a las ventanas a aplaudir, mostrando nuestro apoyo a todas estas personas, si no exigimos que se tomen las medidas necesarias para detener la pandemia. De nada sirve que una parte de la población se quede en casa, haciendo un sacrificio enorme, si al mismo tiempo millones de personas se van a ir a trabajar juntas y también van a compartir trenes, autobuses, metro, poniendo en riesgo sus vidas y las de las demás personas. Por otro lado, dudamos que la vuelta al trabajo se desarrolle en muchos sitios, respetando las medidas de seguridad mínimas para evitar contagios. Muchas han sido las denuncias que se han hecho en este sentido, y ni siquiera el personal sanitario dispone en ocasiones, del material necesario para garantizar su seguridad. Esta crisis se está pagando con vidas humanas.
Exigimos que se paralice toda actividad no esencial hasta que no se cumplan las condiciones necesarias para retirar el estado de alarma, y se levantanten las medidas de confinamiento en sus casas, de toda la población.