Hacia la “toma del montón”. Crónica del Mercado sin Dinero en Albacete.

Hacia la “toma del montón”. Crónica del Mercado sin Dinero en Albacete.

El parque de la Unión en Albacete hizo honor a su nombre este pasado fin de semana, “el mercado sin dinero, una práctica de economía anarquista”, cumplido con creces sus expectativas. Organizado por la CNT-AIT y finalmente participado por un buen grupo de vecinxs del Albacete y del propio barrio de San Pedro-Mortero, donde las mujeres fueron quienes llevaron la iniciativa demostrando una vez más que la concepción de justicia y solidaridad en la economía de la vida se encuentra más claramente en su conciencia.

La idea original de este mercado sin dinero era buscar formas de intercambio de bienes y mercancías sin introducir el reactivo monetario en las transacciones, los productos los aportaban las y los participantes desde las diversas formas de excedente que el capitalismo consigue imponernos en el día a día, así se consiguió agrupar un buen número de ropas, calzados, juguetes, libros, bisuterías, incluso muebles y bicicletas, la premisa era practicar el intercambio a través del trueque no equivalente de forma individual, aunque también se dio la opción de la practica de “la toma del montón” con un puesto específico para ello.

De forma natural la “toma del montón” fue la practica generalizada finalmente, es decir lo que se impuso a lo largo del mercado fue que los bienes y mercancías se cedieron al “montón” desde lo individual a lo colectivo para quien los necesitase o les gustasen los pudieran coger, “DE CADA CUAL SEGÚN SUS CAPACIDADES, A CADA CUAL SEGÚN SU NECESIDADES” fue la práctica económica fundamental.

Así, en este ensayo económico se rompió con la necesidad impuesta y antinatural de la individualización de la economía, de la competición como motor, fuente de las desigualdades y la falta libertad.

Con la dinámica de la puesta en común como bandera el mercadillo fue creciendo y las interacciones comenzaron a surgir. Lxs niñxs miraban primero desde la distancia los juguetes sorprendidos para seguidamente acercarse y preguntar junto con sus padres, al contarles que podían simplemente coger lo que les gustase todxs se sorprendían, y así lo fueron haciendo, al explicarles la dinámica muchxs volvieron después con más y variadas cosas, otras personas conociendo el evento y el funcionamiento por la propaganda desplegada ya se acercaron preparadas. El “montón” crecía y mermaba a la vez, la gente renovaba su armario o biblioteca, la ropa de niñxs que pronto se queda pequeña, servía para otrxs que aun eran pequeñxs, las piezas iban encajando en cada necesidad o gusto sin más beneficio que el de ayudar y ser ayudado. De una cierta incredulidad ante esta pequeña “abolición” del dinero al principio se paso a la completa aceptación y a las peticiones de que este mercado se debería hacer más, y es que cuando la economía es sencilla y horizontal y solo busca cubrir las necesidades todo el mundo, se entiende y asume su practica como algo lógico y necesario.

La segregación por clases dentro de la propia clase obrera que el capitalismo impone se hizo presente también, migrantes temporeros que sobreviven en el barrio pasaban por allí periódicamente, a pesar de acercarnos a informales de lo que estábamos haciendo, muchos desconfiaban y no se acercaron, parece que no comprendían que en un mundo donde todo funciona con dinero, las cosas las pudieras coger sin más, y no fueron solo ellxs… -cuanta cultura por romper- aun así, algunos grupos pasaron. Mochilas, calzado y ropa de abrigo fueron fundamentales, dándonos unas pautas para próximos Mercados sin Dinero. Venían de Malí, vivían en Albacete, pero tenían que ir todos los días a Murcia o Almería a recoger las hortalizas que Mercadona o Carrafour venden cada vez más caras sin que ellos vean incrementados sus ingresos, eso es el capitalismo, eso hace el dinero…

Con la sensación de haber comenzado a quebrar la cultura monetaria en nuestro entorno y haber ayudado a ayudar a quienes necesitaban algo más que objetos, terminamos esta iniciativa ya con preceptivas de repetición, la precepción que la militancia de la CNT-AIT de Albacete se lleva con lo vivido es la de la práctica de los valores anarquistas de la solidaridad, apoyo mutuo, humanismo y cooperación horizontal, valores que nunca se podrán encontrar en la economía capitalista, ya que se basa en todo lo contario, la competitividad, el egoísmo, el robo, el autoritarismo y la jerarquía, por eso, por nuestro propio presente y futuro debemos acabar con el capitalismo.

Queremos terminar esta crónica, recomendando a todxs nuestrxs compañerxs de la CNT-AIT que pongan en marcha iniciativas de este tipo en sus sindicatos, que busque sus caminos hacia “la toma del montón” en el ahora.

DE CADA CUAL SEGÚN SUS CAPACIDADES, A CADA CUAL SEGÚN SUS NECESIDADES.